Damián se sentía plenamente seguro, había firmado aquel contrato sin pensarlo dos veces, prácticamente sin leer, había incluso cláusulas que de hecho casi ni comprendía. Por eso aquel día, cuando llamaron a su puerta para decirle que venían a buscarle y que las puertas del infierno estaban abiertas y esperándole, no le quedó otra que suspirar, y rezar por que Satanás tuviera aire acondicionado.
Muy bien ;) Aplasussssos.
ResponderEliminarMe gusta leerte, Seren.
Besos.
Muchas gracias :)
EliminarMe alegra saber que aunque pocos son los que me leen les gusta lo que escribo xD
Besos,
Aire acondicionado con bomba de calor jajaja.
ResponderEliminarjaja ¡no sé si eso será suficiente!
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